domingo, 28 de febrero de 2010

Carlos Arroyo no tiene que pedirle perdón a nadie

La imagen del querido baloncelista puertorriqueño da pena y coraje. Contrasta con la que sirvió para demostrar el orgullo boricua, reproducida en camisetas y posters en muchos hogares en el exilio. En aquella ocasión en Atenas en 2004 Carlos Arroyo había ayudado al equipo nacional a ganarle a Estados Unidos 92-73 en un juego que nos puso a todos los boricuas de acá y de la diáspora a brincar de alegría y de orgullo patrio.

En esta foto se muestra lloroso y sobre todo con las marcas de la paliza que le dio la policía de Miami. Declaró Arroyo según Primera Hora que: "Yo estaba en mi auto en camino a mi práctica matutina cuando fui detenido por la policía. El incidente causó que me arrestaran por primera vez en mi vida. Sinceramente pido disculpas a todos mis fanáticos, a mi familia, a los Heat de Miami y a la comunidad del sur de la Florida por la publicidad negativa que ha surgido a raíz de los eventos de esta mañana”. No me extraña en lo absoluto que hayan sido los típicos rednecks que al ver un latino guiando un Maserati se le fueron arriba con ganas pensando que era robado. Me acordé de la primera vez que fui con mi familia a Orlando para visitar Disney World. Alquilamos un carro y yo, que soy la chofera oficial, iba guiando cuando de pronto sentí la sirena de la policía y para mi gran sorpresa y miedo me detuvieron. No lo podía creer cuando el oficial me dijo que iba por debajo del límite. Pero no me dieron ticket ni me dijeron que me saliera, me dejaron seguir con la advertencia de no ir por debajo del límite de velocidad. Arroyo no tuvo igual suerte.

El baloncelista fajardeño tuvo que tragarse el gran orgullo y genio fuerte que le caracteriza y doblegarse sin haber cometido ningún delito mayor. Iba por debajo del límite y por eso lo sacaron del carro a la fuerza, le dieron una paliza y lo trataron como un delincuente. Lo peor fue que lo humillaron al punto de que ha pedido perdón. Ellos son los que tienen que pedirle perdón a él y a todos los boricuas.

10 comentarios:

Prometeo dijo...

Mirando la foto entiendo que los raspasos son consistentes con un forcejeo. No veo golpes así que al parecer eso se lo hicieron cuando dió con la cara en la carretera. No dudo de la versión de la policía las heridas parecen ser consistentes con un forcejeo. Todo ciudadano está instruido a cooperar con la policía cuando se le pide salir de su vehículo. Si una persona se pone hostil el policía tiene que prepararse para lo peor y si la persona se resiste al arresto la cosa se complica.

No dudo que Arroyo se haya puesto guapo por el genio qeu lo caracteriza. El hecho de que sea una estrella del baloncesto no lo excusa de cumplir con la ley.

Adelante y éxito.

Elco Lao dijo...

Ivonne:

Lo que no puedo entender es el porqué de su "disculpa"... El simple término implica que tuvo alguna "culpa"...

¿Por qué dice que al "final" todo se aclarará...? ¿Por qué no lo aclara AHORA...? Carlos Arroyo es el que crea la duda, aún cuando haya sido agredido. Si yo estuviese en su posición, hubiese hablado hace rato; claro, partiendo de la premisa de que yo fui atacado...

Siluz dijo...

Excelente. Secundo todo lo dicho.

Don Segundo dijo...

Política de perfiles raciales.

Unknown dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con que Arroyo no cometió ningún crimen por el cual deba pedir perdón.

Ivonne Acosta Lespier dijo...

Prometeo: Pues si lo pusieron contra la carretera peor humillación. Dudo que se lo hicieran a algún blanquito. Aunque entiendo tus razones creo que fue excesiva la reacción policial. Lo hubiera entendido si hubiera ido a velocidad excesiva o bajo los efectos del alcohol pero era por la mañana e iba para su entrenamiento.

Elco Lao: Yo tampoco entiendo esa disculpa y veo tu punto. Pero hay tal cosa como la mentalidad del colonizado. Veremos a ver cuál fue su "culpa".

Siluz, Don Segundo y Jennifer: Obviamente piensan como yo, aunque podemos estar equivocados y nos dejamos llevar por el corazón más que por la razón.. :-)

Ivonne Acosta Lespier dijo...

Ivonne: Yo me enteré de la ley cuando me pararon pero no tengo idea de si detienen si uno va un poco por debajo o un mucho por debajo(como en España). Dudo que Carlos Arroyo fuera a paso de tortuga pues iba a su entrenamiento. Pero como quiera, mandarlo a bajarse por esa infracción fue excesivo y humillante. Era como si sospecharan que algo se traía entre manos por su apariencia y su carro.

Ivonne Acosta Lespier dijo...

Tocaya, eres bien generosa. Para mí me suena a racismo, puro y pinto..

Emanuel Resto-Marcano dijo...

Es cierto que habría que examinar los hechos específicos del caso de Arroyo, sin embargo, hay que señalar que en las vías publicas, al menos en el estado de la Florida hay mínimos de velocidad, tal y como hay máximos. Digamos, si una autopista tiene límite de 75 mph, podría tener un mínimo de 30 mph. El elemento racista es palpable y no dudo ni un ápice a que fue lo determinante en este caso. Lo único positivo, si algo, de esto es que las mentes colonizadas pueden observar los defectos de los norteños. Pues, aunque nadie es perfecto, muchos aquí sólo critican a los latinoamericanos o incluso a nosotros mismos, sin embargo, no todo lo que viene del norte es bueno. Aquí hay faltas por arreglar, pero allá hay mucho que superar aún, como por ejemplo el racismo.

Ivonne Acosta Lespier dijo...

Emanuel: Buen análisis con el cual concuerdo al igual que con la conclusión. Gracias por la visita y por comentar.

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