Así se titula una carta enviada hace 103 años al editor de The New York Times por alguien de New Jersey que se identifica solamente como “American”. Me la hizo llegar hace unos días un boricua radicado en Madrid con el comentario de que “demuestra lo poco que hemos avanzado en algunos aspectos esenciales del ser nacional, a pesar de haber transcurrido más de un siglo. Permanecen el descuido,la desatención y la negligencia”. Me pareció interesante el señalamiento del amigo y por eso voy a ir traduciendo esta carta que se publicó siete años después de la invasión estadounidense en 1898. A la vez daré mis propias reacciones a lo que escribe el "Americano" en letra bold para que se distingan.
El que escribe, en 1905, comienza diciendo que "hay un sentimiento general (en Estados Unidos) de que en la próxima sesión del Congreso se debe hacer algo sobre Porto Rico (como nos bautizaron ellos hasta que volvimos a recuperar nuestro nombre en 1934 ). Dice que "cuando la isla fue quitada a España le prometimos que su pueblo disfrutaría de libertad civil y prosperidad comercial como nunca antes habían conocido". La persona que escribe obviamente estaba bien enterada de la Proclama de Miles y también sabía que la Ley Foraker que se le había "concedido " a la isla en 1900 fue una afrenta al país.
Continúa diciendo que "al momento de la anexión de la isla (error: nunca fuimos anexados)había en ese pueblo un fuerte sentimiento a favor de la gran República (los Estados Unidos)y si ese sentimiento ha casi desaparecido es debido exclusivamente a nuestra propia torpeza. Mientras ha habido gran properidad para los azucareros, la gente en las áreas cafetaleras ha padecido el cambio de gobierno y hay un sentimiento general de que los intereses de la isla han sido desatendidos por este gobierno y que comparado con las condiciones bajo el dominio de España, es un hecho de que la comparación está lejos de ser una satisfactoria". Este documento demuestra que lo que hemos dicho muchos historiadores boricuas es muy cierto: pocos años después del inicio del dominio estadounidense la mayoría del pueblo puertorriqueño estaba en contra de ese nuevo gobierno. Los que habían respaldado la invasión pensando que nos iban a liberar se arrepintieron luego de ver lo poco que nos daba "la gran nación" con esa Ley Foraker, comparado con lo mucho que la "retrógrada" España nos había concedido en el 1897.
En el tercer párrafo dice lo siguiente: "Cuando tomamos Porto Rico, ésta era la más próspera de las Indias Occidentales, y tenía representación directa en las Cortes Españolas. El Gobierno Español encontró la forma de proveerle un mercado para su café, el gran producto principal, y mientras quizá los oficiales españoles no fueron siempre una bendición ahora aparecen como ángeles de luz para muchos puertorriqueños luego de las experiencias más recientes". Estas palabras suenan fuertísimas viniendo de un estadounidense, sobre todo en el contexto de la hispanofobia que hubo en esa nación y que llevó en parte a hacerle la guerra a España en 1898.
Sigue diciendo: "Cuando hayamos decidido de una vez y por todas que los Portorriqueños son Americanos, y cuando hayamos puesto el Gobierno de la isla sobre bases razonables entonces podremos esperar a ganarnos la confianza del pueblo. Si las islas de Guadalupe y Martinica son lo suficientemente buenas para formar parte de la República Francesa, Porto Rico debería ciertamente ser aceptable para formar parte de esta República superior". Es obvio que el que escribe-que estaba muy al tanto de lo que ocurría en el Caribe, pretendía que Puerto Rico fuese aceptado como estado de la unión. Vano empeño del pobre que desconocía la decisión en el caso Downes v. Bidwell de 1901. En este primer caso insular el status de Puerto Rico se decidió como uno "no incorporado a los Estados Unidos, sino que meramente le pertenece como una posesión".
En el cuarto párrafo dice: "Esta isla es uno de los lugares más lindos en la faz de la tierra;su población es por mucho la mejor en las Indias Occidentales. Son un pueblo listo, sagaz e inteligente y su isla debería ser uno de los estados de esta Unión; no queremos que se distancien más de nosotros; bastante les hemos empujado ya. Somos un pueblo con sentido común, creyentes en el trato justo y el absurdo de tener a este pueblo sin ser ciudadanos de nuestra República luego de haber perdido sus derechos como españoles es uno de los tecnicismos más estúpidos en nuestra historia hasta ahora. La isla necesita un justo trato y lo necesita malamente, y se puede asegurar que la gran mayoría de los Americanos favorecen que lo obtengan sin más dilación". El "Americano" describe la verdadera situación de Puerto Rico a sólo siete años de pasar a ser posesión de Estados Unidos. El sentimiento separatista que describe posiblemente proviene de haberse enterado de que se acababa de organizar un partido (el Unión) que tenía en una de sus bases la independencia como opción legal por vez primera en nuestra historia.
Quienquiera que fuera ese "Americano", su visión sobre Puerto Rico y los puertorriqueños no era compartida por los que ostentaban el poder en ese momento en los Estados Unidos. De haberlo sido, otra hubiese sido la historia del siglo XX. La realidad es que cada intento de los puertorriqueños por reclamar más poderes fue contestado con regaños presidenciales. Nos dieron la ciudadanía finalmente en 1917 por razones puramente estratégicas (en la Primera Guerra Mundial)para luego en 1922--en el Caso Balzac--enfatizar que la misma no implicaba el derecho a la igualdad y que era una ciudadanía de segunda clase. Tuvo que surgir un movimiento revolucionario a partir de la tercera década de ese siglo pasado, bajo el liderato de don Pedro Albizu Campos para que se movilizaran, aunque a paso bien lento. Con todo y eso, una vez reprimido el Nacionalimo y amordazado el Independentismo, lo que nos dieron fue migajas en 1952.
Concuerdo con el amigo en que después de un siglo permanecen "el descuido,la desatención y la negligencia". Veremos a ver hasta cuándo.
EL CONSENTIMIENTO DE LOS GOBERNADOS
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EL CONSENTIMIENTO DE LOS GOBERNADOS
(Fragmento del artículo de 1916 *(Boberías (8)* )
¡Y yo, necio de mí, que creía qu...
Hace 1 día
2 comentarios:
y también se hacen peliculas cortas, utilizando exclusivamente el teléfono celular. El pasado certamen fue en Singapur.
C, creo que dejaste el comentario donde no iba pero no importa, lo que importa es que me visitaste (¡de tan lejos!) y te tomaste el trabajo de escribirme. No sabía lo de las películas pero lo de las novelas es lo que me vuela el cerebro..
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