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martes, 8 de abril de 2014

Betances el ignorado

Hace poco fui invitada a ofrecer una charla sobre el Grito de Lares a un grupo de estudiantes universitarios.  Comencé por mencionar a Ramón Emeterio Betances y me dio por preguntar qué podían decirme sobre el prócer caborrojeño.  Miré las caras de total sorpresa  y no podía creer que ni un@ sol@ de aquell@s jóvenes jamás hubiera escuchado ese nombre.  Ni siquiera tres de ellas que se ufanaban de haber estudiado en el Recinto Universitario de Mayagüez que queda a poca distancia de la Clínica Betances.   Me dieron ganas de despedirme de ellos e irme para otro lugar a olvidarme de lo que mi hija mayor comentó que "debía ser ilegal" que no se conozca a Betances.  Pero así anda la educación en las escuelas superiores que es donde se supone que aprendan algo de historia de Puerto Rico. ¿O no?  Claro que si les hubiese preguntado que quién es Justin Bieber hubiesen sabido, lo mismo Maripili. 

Precisamente aludiendo a esa ignorancia sobre Betances, cuyo natalicio se celebra hoy, el dedicado estudioso de su vida y obra, Félix Ojeda Reyes, publica un artículo en Diálogo Digital que vale la pena reproducir.  El título lo dice todo:  Betances for Dummies y copio parte del mismo a continuación: 

Dentro de nuestra demencia política, créanme, Betances no existe. Pero he aquí que de una u otra forma “Betances, cabeciduro que es, llegó y se plantó entre nosotros”. Así lo aseguraba un viejo amigo mío que ya no se encuentra entre nosotros y, algunos renglones más adelante, añadía que el nombre de Betances se alargaba por los vientos y vibraba en Cubay sacudía a Santo Domingo. “Su voz montó tribuna en Saint Thomas y gritó desde París; a sangre y fuego gritó desde París. Betances, para desgracia de los discípulos de la ignominia, está vivo”.

Hijo de padre dominicano con sangre africana, de la que siempre estuvo orgulloso, Ramón Emeterio Betances nació en Cabo Rojo el 8 de abril de 1827 y murió en París el 16 de septiembre de 1898. A los 21 años de edad participó en la Revolución de 1848 que implantó la Segunda República y abolió la esclavitud negra en las colonias francesas del Caribe. Betances, además, sobresalió en el campo de la medicina general, la cirugía y la oftalmología, cultivó el periodismo, fue ensayista, poeta, novelista, teórico político, diplomático, abolicionista e internacionalista. Y como hombre de acción, promovió nuestro Grito de Lares, pero Betances también fue uno de los grandes profetas del proyecto confederativo de las Antillas.

El 5 de agosto de 1920 Puerto Rico recibió la urna que contenía sus restos. Siete años más tarde se inauguró un pequeño monumento —muy pobre, en la plaza pública de Cabo Rojo y, al pie del mismo, se depositaron las cenizas de aquel anciano maravilloso.

Coda. El martes 8 de abril, a las siete de la noche, en el Teatro de nuestra Universidad, tendremos la gala premiere del largometraje “El Antillano”, la inequívoca rúbrica, el nombre de guerra que siempre acompañó al doctor Betances. “El Antillano” también se presentará en los cines Fine Arts de Caribbean Cinemas a partir del 1 de mayo.

miércoles, 23 de octubre de 2013

La "transfiguración gloriosa de la patria" de acuerdo a Pedro Albizu Campos

"La Patria está pasando por su transfiguración gloriosa" declaró don Pedro Albizu Campos a los periodistas en el cuartel de la policía luego de su arresto en noviembre de 1950.  Esa única declaración luego de la Revolución Nacionalista por parte del máximo líder de ese movimiento ha sido motivo de múltiples especulaciones desde entonces.  Sin embargo esa frase, al igual que toda la obra del líder nacionalista, se entiende solamente en el contexto de su profunda religiosidad, religiosidad marcada por una fuerte inclinación al misticismo y la adherencia a las más tradicionales y antiguas creencias del Catolicismo.  La explicación para esta religiosidad mística y escolástica-que muchos han criticado- hay que buscarla en su conversión a la fe católica mientras estudiaba en la universidad de Harvard.


Albizu llega al Catolicismo por influencia de los patriotas irlandeses que conoce en  Harvard, quienes unieron su causa a la tradición católica española para contraponerla a la civilización protestante inglesa. Los independentistas irlandeses se nutrieron del pensamiento de los religiosos españoles de  la Contrarreforma Católica y por eso Albizu adopta una forma de catolicismo orientada hacia el misticismo y los dogmas originados como reacción a la Reforma Protestante del siglo 16.  

Desde un principio Albizu utilizó un vocabulario religioso y fue el primero y único en insertar los conceptos de valor y sacrificio en el discurso político del país.  Lo ocurrido en Irlanda durante la insurrección en 1916 fue un ejemplo dramático tanto de valor como de sacrificio.  Influenciado también por la historia de la lucha de siglos entre cristianos y moros en España, Albizu destacó la necesidad de una "reconquista doble" en Puerto Rico: la de sus cenizas y la de los símbolos de su soberanía.  Para lo primero escogió a Lares y para lo segundo rescató  la bandera monoestrellada como símbolo de la nacionalidad. 

Alzibu sabía que toda entidad nacional tiene necesidad de ritos y símbolos.  Por eso inició el peregrinaje a Lares, porque creyó firmemente que la nacionalidad puertorriqueña había sido "ungida" allí en 1868 cuando los insurrectos "bautizaron con su sangre el maravilloso cuerpo de la nación".  Desde entonces, según don Pedro,  "la  Patria, vilipendiada..por los detractores del ideal, se guardó muy hondo en sus entrañas la ceniza de sus muertos gloriosos, segura de que los enemigos de la Libertad por carecer de la visión de lo eterno, no están en la disposición de respetar la ceniza sagrada de los muertos".   Albizu decía que la Patria era como una diosa, pues su cuerpo que es la tierra, había sido convertido en cosa sagrada por la sangre de los mártires. 

Esa conversión a lo sagrado a la cual se refiere, alude a la creencia de Albizu en la transmutación, concepto que proviene del dogma más controversial de la Iglesia Católica: la transubstanciación.  Es la creencia -expresada en el Concilio de Trento frente al desafío de los protestantes de la Reforma- en que toda la substancia del pan se transmuta en el cuerpo de Cristo en el momento de la Eucaristía, en el sacrificio de la Misa.

En 1935 Albizu escribe un ensayo titulado "Sombra y luz: Introducción a la vida mística" en el cual expresa que Dios gusta de las mutaciones de su propia obra.  En un escrito a su hija Rosa Emilia en 1936 decía estar absorto en el misterio del agua y el misterio de la ternura y se preguntaba: "¿qué misterio encierra el agua que Dios la escogió como elemento para la transmutación del alma?  Ese concepto de la transmutación lo comienza a atar ese mismo año a la misión del Nacionalismo, en ocasión del duelo a Rosado y Beauchamp.   En ese discurso fúnebre Albizu dijo que: "Traemos cenizas que dicen de la inmortalidad de Puerto Rico... El Nacionalismo ha traído a la Patria la transmutación de su ser, pues el hombre no nació para vegetar...el valor es lo único que permite la transmutación del hombre para fines superiores". 

Pero la clave más acertada para entender su frase luego de la insurrección nacionalista de octubre de 1950 se encuentra sobre todo en su último discurso en Cabo Rojo con motivo del natalicio de Betances, sin duda la figura más venerada por don Pedro.  En ese 8 de abril de 1950, refiriéndose al monumento a Betances dijo lo siguiente: "Este monumento no es solamente un monumento, es algo que ha sufrido la transfiguración porque ese monumento tiene en su seno los restos del gran patricio, Ramón Emeterio Betances."

Luego de los eventos de octubre de 1950, Albizu sintió que el acto de sacrificio efectuado por los suyos,  con el heroísmo y valor sublime demostrados, y sobre todo, con la sangre regada por la causa de la liberación, la patria había trascendido su mera materialidad y temporalidad: la Patria había sido transfigurada. 

lunes, 8 de abril de 2013

Ramón Emeterio Betances merece ser recordado por todos, no meramente por los independentistas

Hoy es el natalicio de ese gran puertorriqueño a quien no se le celebra oficialmente pero del cual nos enorgullecemos los que amamos a nuestro país y sentimos pasión por su historia. 
No tuve tiempo para una buena biografía pero hoy Mario Cancel publica un artículo en 80grados que vale la pena, recomiendo copiar y guardar. Aquí reproduzco los primeros tres párrafos:

Ramón Emeterio Betances fue proscrito en Puerto Rico la mayor parte del siglo 19. Su condición de nacionalista y revolucionario ayudó a crear una leyenda que todavía perdura. Para el Estado español se trataba de una personalidad amenazante que atentaba contra un orden sagrado y sus símbolos. La imagen de Betances en la Historia de la Insurrección de Lares (1872) es un claro ejemplo de ello.
Para los puertorriqueños y la gente común era un emblema romántico de rebeldía y apasionamiento. Su presencia pública concreta en Puerto Rico fue breve. Aparte de la infancia y la juventud, vivió en el país entre los años 1855 y 1867. Mayagüez era una ciudad comercial mediana, distante de los centros del poder político colonial. Pero aquellos 12 años fueron suficientes para transformar al médico en un mito cívico nacional.
El Cirujano de Sanidad de la Ciudad, primero Interino y luego en Propiedad, estableció un estilo del Servicio Público que impresionó a la gente de su tiempo. El ejemplo más conocido fue su labor durante la epidemia de Cólera Morbo en 1855.  En aquel contexto, el discurso médico convino con el del higienista moderno preocupado por la situación laboral de los esclavos.
Betances se reconocía moreno o prietuzco y cuando aspiró a un puesto público en Mayagüez, tuvo que demostrar su pureza racial con un expediente de blancura. Entre el Betances médico, el abolicionista, el separatista y el nacionalista, había una conexión íntima. El Betances literato penetraba aquellas esferas cuando se expresaba como un volteriano radical en Los viajes de Escaldado, o cuando escribía como un romántico radical la leyenda Los dos indios. El Betances de las traducciones del latín o del francés, parece más bien un europeo nacido en Las Antillas.

Sigan leyendo y honren la memoria de este ilustre caborrojeño.

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