En mi post anterior sobre la venta del aeropuerto me comentaba David, uno
de mis lectores, lo siguiente:
- Profundización de la globalización capitalista con su consejo implícito de “no hagas frente, huye y comienza de nuevo en otra parte” (no luches, “reinvéntate”).
- Desaparición tendencial de la represión excedente y sexualidad desihinbida (lo cual no significa lo mismo que “sexualidad liberada”, claro está).
- Bienes y servicios low cost (posibles gracias a una masiva “externalización” de daños desde el centro a las periferias) que compensan parcialmente la pérdida de bienes públicos, derechos sociales, protección laboral, seguridad existencial…
- Virtualización de la experiencia, con la generalización de internet y los dispositivos móviles de conexión continua a la red (hoy, nos dice Marc Andreessen, co-inventor del primer navegador para internet, en el planeta hay más gente con móvil que con agua corriente).
- Progreso de la individualización anómica que dificulta la acción colectiva.
- Ahondamiento de la infantilización de la sociedad que dificulta los desafíos a la autoridad y la asunción de responsabilidades.
- Y last but not least, avance de esa cultura del capitalismo para la cual la vida humana consiste en compraventa de mercancías.
Como decía alguien por la radio, “el capital no tiene patria”...