Tan pronto
llegó me lo leí casi de un tirón pues ese es el principal atractivo del libro,
se lee como una buena novela. Digo
"casi" porque tenía que estar cotejando las notas para conocer las
fuentes de información para muchas cosas que son nuevas para mí que he pasado años
estudiando nuestra historia y otras que me sonaron como inventos. También me detenía para señalar errores (que
los hay por montones) y horrores (como decir que los dos nacionalistas que
atacaron la Casa Blair eran "assassins"). Debo admitir que con todo y los errores o
exageraciones el libro es importante y lectura obligada. Sobre todo para los jóvenes que no saben nada
de nuestra historia, para los de la
Diáspora y para los que piensan que los Estados Unidos han sido benévolos con
Puerto Rico. Logra más que muchos libros
de historia. Pienso que es mejor que
sientan curiosidad por leer la historia para corroborar lo que dice el autor a
que sigan en la inopia sobre nuestra verdadera relación con los Estados Unidos.
La primera
reseña sobre el libro fue la de Carmen Dolores Hernández en El Nuevo Día el 10 de mayo bajo el
título de "Prohibido olvidar".
Me sorprendió lo bien que lo trató pues ella es implacable en sus
críticas. De hecho, decidí comprarlo
luego de leer su recomendación de que "hay que leer este libro
(manteniéndose alerta ante posibles inexactitudes) para conocer la cara
escondida, desagradable y prepotente de
la relación colonial de Estados Unidos con la Isla."
En Claridad la reseña de Cándida Cotto el 2
de junio fue bien positiva. Denis le
expresó su "deseo de compartir su libro con los jóvenes puertorriqueños en
Puerto Rico y Estados Unidos, así como con las personas en el norte que también
tengan la oportunidad de leerlo y conocer esta parte de la historia. Defendió
que el libro no es solamente datos sino que también ofrece una perspectiva humana."
Ya me había
leído el libro cuando salió la reseña de Edgardo Rodríguez Juliá el 14 de junio
en El Nuevo Día bajo el título de
"El moto de Isla Verde".
Edgardo truena contra el autor y lo que más le hace rabiar es el trato a
Muñoz Marín al que Denis describe como adicto al opio. En eso tiene razón Edgardo porque la prueba
de que eso fuera cierto-al menos mientras fue gobernador- es muy floja. Pero lo que indigna de su reseña es que exija la prueba contundente de que
Albizu Campos fue sometido a radiación durante su encarcelamiento. Ya el propio gobierno de Estados Unidos
admitió, bajo la presidencia de Clinton, que en esa época se hicieron
experimentos con radiación en cárceles y hospitales. Ese tipo de actividad no es de las que se
mantienen documentos como prueba.
No asistí a
ninguna de las presentaciones del libro pero me enteré de lo sucedido en tres
de ellas a través de una parodia bien ingeniosa que publicaron en Latino Rebels cuatro jóvenes en forma de "ensayo creativo" dividido en tres partes con el título de: "Un caso de histeriografía :
War Against All Puerto Ricans? Los
autores cambian los nombres y los lugares pero son fácilmente reconocibles. La primera parte es un drama en dos actos que
ubican en el teatro de la universidad. Enfocan en un tal "Charlie
Jabón"que es obviamente el profesor Carlos Pabón, historiador que se ha
identificado con los posmodernos que a su vez reniegan del nacionalismo. Los autores lo ridiculizan por dar su opinión tajante sin
haber leído el libro porque el mero título indica su contenido y despiden el
acto con una cita de la canción de La Lupe: "Teatro, lo tuyo es puro
teatro" aludiendo a dicho profesor.
La segunda
parte es sobre lo sucedido en el Ateneo Puertorriqueño bajo el título sugestivo
"El día de la venida en el templo de la nación". Se refiere a Denis como el predicador de
afuera invitado a la reunión de patriotas para hacer "despertar las
conciencias adormecidas por los feligreses allí presentes."
La tercera
parte se titula "El juicio final en la torre de marfil", drama en dos
actos que trata sobre la presentación en "algún salón de clases en la
universidad central". Lo que se
describe es claramente una emboscada que le hizo el "Director" (que
se sabe que es Luis Agrait por la foto que incluyen) junto a un grupo de
estudiantes que ni lo dejaron hablar. Al
final del primer acto dice el autor del mismo que "Se oscurecía el ambiente dentro la torre
de marfil y parecía que su posicionalidad foránea lo hiciera un pecador de la
patria. Y al ser abogado, no podría hacer o contar una historia como el abogado
y analista político Juan Manuel García Passalacqua."
El segundo y último acto es el diálogo entre dos
estudiantes "con experiencias transnacionales" sobre lo ocurrido en
ese salón de clases. Concluye uno de
ellos que el rechazo al libro de Denis viene principalmente del hecho de que es
un "diasporican" porque " Es que cuando nosotros los diasporicans
hablamos de cultura, ¡ah todo bien! Pero si hablamos de las políticas de Puerto
Rico, rápido nos vienen a decir que no metamos el jocico por ahí, que no somos
d’aquí y que no sabemos na’."
Al
final llegan al carro pero el que guía no encuentra las llaves y es el otro que
lo ayuda y concluye que: " Es verdad que a veces la persona que
está a las afueras ve mejor o diferente a la que está adentro. "
Es
la conclusión sobre el libro: que Denis por ser de "afuera" ha sido
rechazado pero a la vez ha podido ver mejor que los que estamos adentro la
realidad de lo ocurrido al Nacionalismo en Puerto Rico.
Mi conclusión es que aunque es más historia novelada que historia debe ser leída por todos. Luego ya se corregirán los errores.