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martes, 10 de enero de 2017

Las redes sociales y los cobardes que se esconden en ellas

Hay mucho de que escribir en estos comienzos de un año que promete ser bien accidentado y retante, tanto en Puerto Rico como en los Estados Unidos.  Pero tengo que comentar sobre un tema que tenía en mente hace tiempo y es el de las llamadas redes sociales. Es un tema amplio porque son muchas y variadas las nuevas formas de comunicación.  En las elecciones acá probaron ser un factor decisivo para candidaturas independientes y allá con un presidente electo adicto al tuiteo pues habrán de prevalecer por encima de otros medios.  Bien usadas son una buena herramienta.  Pero por desgracia también se prestan para albergar cobardes y embusteros (como Trump).

Ayer mismo estuve escuchando a Damaris Suárez de Radio Isla 1320 con mucha rabia, como debe ser, referirse a los cientos de mensajes en contra del joven Santiago por la vergüenza que les da que se diga que es de origen puertorriqueño.  Ni por un asomo se les ocurre respaldar a su hermano que ha dicho claramente que la culpa la tienen tanto el FBI como el ejército que le dio la espalda y no hizo caso a su propia declaración de inestabilidad mental producto de haber participado en la guerra de Irak. No solamente no le hicieron caso sino que le devolvieron la pistola cuando había razón más que suficiente para embargársela.  Son ellos los responsables.  Pero claro, como hay tanto pitiyanqui suelto pues esa nación a la que consideran un paraíso no hace nada malo nunca.

Lo otro que me provocó fue la columna de Silverio Pérez hoy en El Nuevo Día titulada Entre hostosianos y odiadores.   Estoy completamente de acuerdo con Silverio cuando dice que:

"Una mirada a los miles de comentarios que inundan los periódicos y las redes sociales nos da un claro perfil de estos individuos: amargados, envidiosos, aborrecedores, hostiles, despectivos, huraños, desdeñosos; siempre dispuestos a la agresión verbal y hasta física.
A los odiadores les da placer ofender y parten de la premisa de que el único razonamiento correcto es el suyo. Para ellos, cualquier motivo es bueno para odiar, y siempre lo harán, pues es la gasolina que les permite algún grado de notoriedad en su pobre existencia. Pobre de aportación. Eso además les caracteriza: no hacen nada por el país, solo criticar al que sí hace."
Se le olvidó a Silverio el detalle de que esos odiadores se esconden detrás del anonimato, usan seudónimos para atacar porque son unos cobardes.  Si tuvieran que poner sus nombres y apellidos no serían tan atrevidos y hasta soeces en sus comentarios.

Cuando empecé este blog en el 2007 más de un amigo o familiar me recomendó que lo hiciera sin poner mi verdadero nombre para que pudiera escribir mis "desahogos" sin problemas.  Pero como siempre he luchado contra la cobardía decidí que todo lo que diga lo respaldo con mi nombre y apellidos.  Y como soy la dueña del blog no apruebo comentarios insultantes. Eso no lo hacen los periódicos en sus versiones digitales.  Yo propongo que no se admitan comentarios anónimos. Habrá menos pero se evitarán a los odiadores.

domingo, 30 de marzo de 2014

El mal comportamiento del público debido a la manía de "celulear"


Hoy domingo Mayra Montero da en el clavo en su columna en El Nuevo Día al escribir sobre lo que está sucediendo en las salas de conciertos o de buen cine.  Describe lo sucedido en el concierto de Pablo Milanés en Bellas Artes cuando se pidió a los asistentes que apagaran sus celulares.  Dice Mayra que fue como si dijeran lo contrario porque de inmediato muchos sacaron sus pantallitas encendidas para tomar fotos o grabar.  Y que no era juventud lo que había en esa sala, era gente mayorcita y supuestamente educada porque Milanés no apela a las masas.   Alude a que no es en conciertos nada más sino que en los cines como Fine Arts donde lo que va es también gente más educada a ver películas de arte, es ya común ver personas con las pantallas iluminadas molestando a los que quieren concentrarse en la pantalla grande. 


Confieso que por esa misma razón dejé de asistir a conciertos y hace tiempo que no voy al cine prefiriendo esperar a ver las películas en la tranquilidad de mi sala.  Fue precisamente en Fine Arts que tuve una mala experiencia al tener que llamarle la atención a una elegante y joven mujer porque me molestaba el resplandor de su celular en medio de la oscuridad de la sala.  Decidí que no vale la pena pagar para no poder ver las películas en paz. 

No entiendo para qué rayos la gente, rodeada de otra gente, prefiere comunicarse con los que no están a través de mensajitos o fotos.   En lugar de estar en el momento y disfrutar a plenitud del evento compartiendo con los que tienen a su lado, les interesa más que muchos otros sepan lo que están experimentando. 

Me temo que ya se está dando lo que temía Einstein de que la tecnología está superando la interacción humana. 

Pero es peor la implicación de esta mala conducta que se ha generalizado porque como dice Mayra,
La gobernabilidad, la decencia colectiva y lo que ahora han dado en llamar concertación, empiezan por los pequeños gestos individuales, esas muestras de disciplina ciudadana que son tan fáciles de acatar. Si la mujer que estaba a mi lado, ya vieja, es incapaz de cumplir con una regla tan elemental como abstenerse de tomar fotos o grabar un concierto, ¿quién puede esperar voluntad de sacrificio, consenso, una cultura de respeto al prójimo o a los lugares donde nos encontramos?

miércoles, 2 de mayo de 2012

El ejemplo de la ex presidenta de la Cámara de Representantes y ex jueza del Tribunal de Apelaciones

Luego de esos cargos importantes esta señora se gana un dineral como asesora de la actual Presidenta de la Cámara y participa en un programa en la estación que cobija a los novoprogresistas, NotiUno. Ahora se revela en las redes sociales como una racista de lengua sucia y violenta. Lean el artículo de Hiram Guadalupe en 80grados.net (de donde procede la imagen que publico).

Es inútil decirle a esta señora que tenga más vergüenza porque no sabe lo que es, igual que tantos en ese partido. Y luego se extrañan del nivel de violencia verbal y física que permea en nuestra sociedad.

viernes, 9 de marzo de 2012

El video "Kony2012", evento mediático que es preocupante

Como tantos de ustedes yo también tuve acceso al famoso video en Facebook el martes pasado. Hoy Edwin lo publica en su blog A Ciencia Cierta.

El que vi en Facebook lo subió un jovencito que quiero mucho, miembro de mi familia que vive en Estados Unidos y por su comentario pude ver que estaba realmente impresionado. Como sé que es serio, inteligentísimo y sensible me puse a ver lo que recomendaba con tanto entusiasmo. Pero les confieso que no llegué ni a la mitad, lo paré a los 10 minutos. Y lo hice no por las atrocidades que incluye en el relato del único niñito ugandés que entrevistan. He visto y sigo viendo cosas peores. Lo detuve más que nada porque me dio asco la forma en que el creador del video utiliza a su propio hijito de como 5 años con juegos violentos para endoctrinarlo en la cultura guerrerista que caracteriza a una parte de la población estadounidense. La misma que promueve el uso de armas, las guerras constantes y el enriquecimiento de los ya ricos. La misma que vota por el Partido Republicano porque es el que tiene un mantra en estos días de primarias: “go to war”.

La segunda razón para detestar el video es esa precisamente: lo que se busca es una réplica de Irak, Afghanistan pero en Uganda: que se envíen asesores militares para adiestrar a los ejércitos africanos para encontrar a Kony. Lo siniestro es que el individuo quiere envolver a millones de jovencitos a que quieran la guerra y valoren lo militar. Carne de cañón nuevamente y por una “Cruzada” a favor del Bien (¿??) y en contra del Mal (Kony y su Lord’s Resistance Army). En esa cruzada no le ha estado mal a Russel y sus socios el aliarse al ejército ugandés, acusado de corrupción y pillaje en el norte de Uganda como señala hoy The Observer, de donde saqué la foto que incluyo.

Por eso me quedé todavía más preocupada al leer que el video ha roto récords de audiencia (visitas, shares, twits, likes) en las redes sociales entre los jovencitos y jovencitas de 13 a 20 años. En tres días habían recibido 40 millones de visitas. Hoy mismo supe por la prensa que una estudiante de un colegio famoso en Puerto Rico ha creado su propio espacio para ayudar en la campaña para “capturar a Kony”.

O sea, olvídense de Afghanistan, del narcotráfico y de que diariamente mueren 30 mil niñitos de hambre a través del mundo. Hay que buscar a Kony (que ya se hizo hace unos años y lo que provocó fue miles de muertes) y entretanto ayudar a llenarse los bolsillos de dinero una organización que genera millones en mercancías de todo tipo.

Me parece un ejemplo de como las redes sociales pueden convertirse en una pesadilla cuando caen en manos de los corruptos, los militaristas o los fundamentalistas. O los que sencillamente quieren convertirse en celebridades de la noche a la mañana. O que lo que interesan es llegar a romper récords en audiencia en YouTube (ganarle a Susan Boyle, por ejemplo).

Lo bueno es que igual de rápido que surgen las noticias así de rápido salen publicadas las reacciones. Los que interesen pueden leer las críticas a “Invisible Children, Inc.” entre las cuales ha surgido una de Charity Navigator que evalúa las organizaciones sin fines de lucro como se supone que sea IC y sobre todo informarse sobre lo que ocurre en Uganda hace décadas (como en casi toda Africa) en una serie en YouTube titulada “Uganda Rising”.


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