Hace unos días estaba caminando en el treadmill del gimnasio al que acudo y me dio por fijarme en las pantallas de la veintena de televisores que tienen para "distraer" a los que hacemos ejercicio. De pronto me di cuenta de que había un elemento común en todo lo que se mostraba ese domingo: desde 'cartoons' para niñ@s, telenovelas, series, películas y noticieros. Ese elemento era la violencia, tanto en situaciones familiares, como en batallas o crímenes espantosos.
En esos días había estado leyendo un libro del canadiense Henry A. Giroux titulado The Violence of Organized Forgetting y en el mismo encontré la explicación para esa violencia. Es para perder toda esperanza en un futuro mejor.
Dice Giroux que America-queriendo decir los Estados Unidos-están en un descenso hacia la locura. Lo ve en las historias que se cuentan llenas de crueldad, engaño, mentiras y que legitiman toda clase de corrupción y desorden. Los principales medios ofrecen historias racistas, violentas e irresponsables celebrando el poder y demonizando víctimas, todo bajo el disfraz de "entretenimiento". La violencia se ofrece como único modo de mediar relaciones, enfrentar problemas y ofrecer placer inmediato. Se nos invita a gastar más en una cultura de consumerismo en la que los medios corporativos ofrecen la vida de celebridades, billonarios y políticos desprovistos de ética que propagan las virtudes de un mercado cuyas fuerzas nos gobiernan.
La ignorancia es una virtud y el poder y la riqueza se utilizan para el privilegio en lugar de para el bien común. Se impone una cultura de la crueldad cuando los sectores marginalizados son considerados desechables dentro de la "gramática del sufrimiento humano". Se patologiza lo social mientras la violencia y la guerra se normalizan mercadeadas como 'cartoons', videojuegos, televisión, cine y otros productos de entretenimiento.
Esta sociedad enfocada en el mercado ha adoptado una mentalidad neodarwiniana de la supervivencia del más apto. Como ideología convierte el lucro en la esencia de la "democracia" y como proyecto político este neoliberalismo lleva a la privatización de los recursos públicos, venta de funciones, eliminación del bienestar público (welfare) y las uniones además de la comercialización de todos los aspectos de la vida diaria. Se criminalizan los proyectos sociales y se privatiza para lucro la vigilancia, la policía y las prisiones.
(Tomado del muro de Marcia Rivera en FB) |
La verdad que dejé de leer el libro porque me estaba deprimiendo al ver que es una descripción de lo que está ocurriendo en Puerto Rico.
Pero desde ayer dos cosas en los medios alternativos que leo me hicieron retomar el tema: un artículo sobre el antiintelectualismo en Estados Unidos y el otro sobre el comentario del designado presidente interino de la UPR, Darrel Hillman que se compara nada menos que con Rambo para explicar sabe Dios qué.
A la misma vez la poeta Vanessa Droz en Facebook nos recuerda la famosa frase de "Abajo los intelectuales. Viva la muerte", que dijo el general franquista Millán Astray en 1937 al irrumpir en una actividad en la Universidad de Salamanca.
En esas estamos.