Le
contaba a uno de los estudiantes con quienes me reúno que en estos días el haberme
dedicado a la lectura de temas de historia me ha ayudado para escapar el
presente que me deprime. Me comentó que había escuchado en “Fuego
Cruzado” a Néstor Duprey decir que se había refugiado en la Historia por la
misma razón. Esto me hizo recordar la alegoría del Ángel de la
Historia al que se refería Walter Benjamin (y del cual mi esposo hablaba a cada
rato) y quedé en escribir algo sobre el tema así que aquí va.
Walter Benjamin, uno de los
filósofos más influyentes del siglo veinte, nació en Berlín en 1892 de padres judíos.
Fue crítico literario, traductor y filósofo inclinado al marxismo. Al
llegar Hitler al poder tuvo que huir a Francia pero de allí también tuvo que
escapar cuando París fue ocupada por los nazis. No tuvo suerte porque en
la frontera con España lo esperaba la policía de Franco. Antes de ser
capturado, Benjamin optó por suicidarse en 1940 a los 48 años. La última de sus obras se titula Tesis
sobre la historia que de
acuerdo a uno de sus traductores es hasta cierto punto “una especie de
carta que Benjamin escribe a Bertolt Brecht”. Son reflexiones numeradas,
muchas veces precedidas por alguna cita de algún autor o amigo y una de éstas
incluye el ángel de la historia que Benjamin describe así:
martes, 18 de junio de 2013
"El Ángel de la Historia" de Walter Benjamin
“Hay un cuadro de Klee
que se titula Angelus Novus. Se ve en él un ángel, al parecer en el momento de
alejarse de algo sobre lo cual clava la mirada. Tiene los ojos desorbitados, la
boca abierta y las alas tendidas. El ángel de la historia debe tener ese
aspecto. Su rostro está vuelto hacia el pasado. En lo que para nosotros aparece
como una cadena de acontecimientos,él ve una catástrofe única, que arroja a sus
pies ruina sobre ruina, amontonándolas sin cesar. El ángel quisiera detenerse,
despertar a los muertos y recomponer lo destruido. Pero un huracán sopla desde
el paraíso y se arremolina en sus alas, y es tan fuerte que el ángel ya no
puede plegarlas. Este huracán lo arrastra irresistiblemente hacia el futuro, al
cual vuelve las espaldas, mientras el cúmulo de ruinas crece ante él hasta el
cielo. Este huracán es lo que nosotros llamamos progreso.”
El ángel de la
historia mira hacia atrás porque es necesario conocer verdaderamente el pasado para
entender la realidad del presente. La
historia para este pensador no es una marcha optimista, lineal, hacia un futuro
de progreso para la humanidad. Todo lo
contrario, para Benjamin el progreso era equivalente a la catٞástrofe, el
huracán que arrastra al ángel.
Es como si
hubiera visto el futuro.
Posted by Ivonne Acosta Lespier at 9:27
Labels: filosofía, historia, progreso, Walter Benjamin
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