jueves, 11 de octubre de 2018

Un día como hoy el terremoto del 1918

Republico lo que escribí hace 10 años en esta misma fecha.

Esta mañana, como a las 6:40, sentí un temblor de tierra que me asustó mucho. Mi esposo-que no se dio cuenta-enseguida me recordó que yo llevo en mi DNA, como mayagüezana, la capacidad para detectar temblores cuando nadie más los siente. Me dio por cotejar la fecha del gran terremoto de 1918 y efectivamente, fue un día como hoy: el 11 de octubre por la mañana. ¡Hace noventa años exactos! 


El terremoto de 1918 tuvo el epicentro al noreste del Canal de la Mona (entre Aguadilla y la República Dominicana) y por eso la costa oeste y noroeste fue la más afectada, particularmente Aguadilla y Mayagüez. Hubo daños también en San Germán, Rincón, Aguadilla, Arecibo, Isabela y Hatillo.

Nací y pasé mi infancia en Mayagüez. De niña escuchaba a los viejos contar las historias del terremoto y sobre todo de cuando se salió el mar en lo que ahora se conoce como tsunami. Abundaban los cuentos espantosos del mar retirándose hasta lejos y de pronto la gran ola que arropó la costa del oeste y noroeste de Puerto Rico, la gente corriendo despavorida hacia el Cerro de las Mesas y la destrucción que dejó el siniestro por toda la ciudad.

Mi familia materna fue de las afectadas. Mi madre, que tenía entonces 4 años, me contaba que la casa donde vivían se empezó a derrumbar y el abuelo los pudo sacar cubriéndose con mantas. Esos cuentos me marcaron para toda la vida. Mis pesadillas recurrentes son siempre con terremotos y nunca podría vivir al lado del mar por el miedo a los maremotos o tsunamis.

Lo triste es que en este país, entre otras cosas, hemos olvidado que estamos en zona sísmicamente activa debido a que la Isla se encuentra cerca de las placas tectónicas del Caribe. Se construye sin tener en cuenta esta realidad, tanto los edificios multipisos como en las áreas costeras. Hay temblores frecuentes que ni siquiera detectamos pero en cualquier momento puede haber un terremoto similar al de hace 90 años. En ese caso, como decía el jíbaro, ¡Dios nos coja confesaos!

2 comentarios:

Kofla Olivieri dijo...

Yo naci y me crie en la desembocadura del Rio Yaguez, en la llamada Calle San Pablo. Recuerdo cuando se desbordaba el rio y llegaba casi a la sala de mi casa que estaba trepada en pilotes para protegerla en caso de inundaciones.

La primera vez que escuche de ese terremoto fue a traves de la abuela de un amigo que nos conto como el mar se alejo de la orilla despues del terremoto, y como el mar arrastro con todo cuando vino la ola gigante. Recuerdo que ella decia que la marea llego hasta el area del viaducto en la carretera numero dos. Segun ella lo contaba sonaba algo bien aterrador. Por esa razon no creo que nunca viviria cerca del mar.

Ivonne Acosta Lespier dijo...

Kofla: Los mayagüezanos crecimos con esas historias de terror. Yo al menos le tengo pánico a los temblores y por eso mismo como tú no viviría cerca del mar ni muy arriba en un condominio.
Al menos los huracanes avisan y uno se prepara pero cuando la tierra tiembla no hay aviso.
Espero que no veamos nada parecido a lo de hace un siglo.

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