El aniversario de la muerte del Ché Guevara-hace exactamente cuarenta años lo capturaron y el 9 de octubre lo fusilaron-me hace comparar esta época de la posmodernidad en que no quedan ideales y lo que predomina es el capitalismo salvaje, con aquélla en que tantos creímos en un mundo mejor. Todavía recuerdo el día en que me enteré de que lo habían matado en Bolivia intentando llevar la guerra de guerrillas que en Cuba había sido exitosa. Confieso que lloré y no era ninguna adolescente.
En esa época yo había iniciado una maestría en Historia en la UPR y me contagié con el ambiente revolucionario del momento. Uno de los cursos más interesantes que tomé fue un seminario con el Dr. Arturo Morales Carrión (qepd) con quien tuve muchos encontronazos pero a quien guardo admiración y respeto como historiador. Don Arturo era un autonomista liberal pero en esa época de polarización se había vuelto bien reaccionario. Yo por el contrario me había radicalizado y le hice los dos trabajos requeridos nada menos que sobre el Ché Guevara. Todavía los conservo con el comentario suyo al lado de la "A", donde dice en parte : "Respeto mucho el idealismo que motiva este trabajo, pero no encuentro que estas ideas del Che tengan mayor originalidad y algunas son tan antiguas como el propio Cristianismo"..
Ese trabajo se convirtió en mi primera publicación-más un folleto que un libro-pero en aquellos tiempos de tanta persecución opté por esconderlo y botar casi todos los ejemplares. Pero guardo algunos, por supuesto, y la portada -con la imagen del Ché con su boina en negro contra un trasfondo rojo y el título de El legado ideológico del Che Guevara: el hombre nuevo--debe haber sido suficiente prueba para meterme en la lista de subversivos. En la primera parte expongo las razones por las cuales el Ché fracasó en Bolivia y mi fuente principal fue el Diario de Bolivia del propio Guevara. La segunda parte la dedico a "el legado ideológico" y analizo el concepto del Hombre Nuevo que el Ché quiso implementar en Cuba. Termino diciendo que es posible concebir un cambio en el hombre (eran tiempos en que todavía usaba el genérico) como quería el Ché porque "la mayor prueba de que no es una utopía es que se está tratando de realizar en un país específico, la Cuba socialista. Es demasiado pronto para saber si han de progresar en su empeño. El rehacer los hábitos y actitudes humanas es un proceso lento y el camino no es fácil. Sin embargo por ser un ideal tan enaltecedor y tan por encima de nuestro hombre consumidor por excelencia, aun cuando no se lograse totalmente, el solo hecho de haber trabajado en ese empeño hará mejores seres humanos en el proceso".
Leer estas expresiones, que muchos considerarán ilusas-o peligrosas-en este momento, dice mucho más de la época en que vivimos. Hoy día se parte del cinismo y el hedonismo. Francamente pienso que aquella época fue mejor. Al menos muchos creíamos en algo. Hoy no se cree en nada.
Riqueza y Pobreza II
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Tercero de una serie de nueve artículos sobre el tema.
Riqueza y Pobreza II
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Hace 1 semana
5 comentarios:
¿Cómo no recordar aquellos tiempos que nos definieron a tantos? Recuerdo también el librito de la portada en rojo y negro, que dejé en Barcelona(antes de que muriera "el caudillo")junto a otros libros y folletos que los compañeros iban a pasar a los que combatían contra la dictadura. Entonces no había fácil acceso en España a publicaciones radicales.
No estoy segura, sin embargo, de que "creer en algo" (así, simplemente el creer)sea bueno. A veces los creyentes me paran los pelos de punta - ahí tenemos como muestra a los fanáticos de todas las religiones y partidos.
Fuimos demasiado ingenuos.
Por otra parte, no estoy segura de que tener la "sabiduría" de hoy sea algo bueno...queda demasiado cerca del cinismo y la parálisis. Los gobiernos saben lo que hacen cuando reclutan a los jovencitos para los ejércitos.
En fin. Valga por una primera reacción.
Yo me quedé luego pensando en lo mismo luego de escribirlo.
Es que cuando digo "creer" no es en cualquier cosa. Es, de nuevo, tener un ideal que nos trascienda y no hablo ciertamente de la creencia religiosa. Eso es una muleta necesaria. Hoy día hay muchos creyentes de ese tipo que son peligrosos y muchos igualmente cínicos. Lo que quiero decir es que por vez primera el futuro se ve peor que el presente.
Pero también quisiera provocar a los jóvenes que frecuentan estos lugares a que reaccionen a lo que digo. Ojalá.
Cuando iba por la nota que él le puso en su trabajo, pensé que quizás el tipo estaba harto de idealismos. Es irónico lo que sigue, porque ahora usted está harta de la pasividad y la falta de compromiso. Supongo que todas las generaciones se oponen a la anterior. Yo, por lo pronto, no me siento lo suficientemente lista para comprometerme con ideologías a las que se les ven las costuras (¿todas las que hay?). Pero el problema es que nadie saca nada nuevo. No sé si sea cobardía, conformismo o mera falta de interés. De todos modos, es tan difícil salir adelante en un mundo o país donde todos son cobardes, conformistas o faltos de interés.
Yo admiro la pasión ideológica de su generación, y traté de adoptarla cuando era adolescente. Pero es que hoy día simplemente no es lo mismo ni se puede hablar en los mismos términos. La historia ha transcurrido.
Isabel, gracias por comentar. Tienes razón en que son tiempos muy diferentes. Habría que seguir analizando qué nos hizo llegar a esta falta de interés y conformismo.
Justo ayer, el 9 de octubre, una estudiante mandó un mensaje por el listserve del college donde enseño sobre una reunión cumbre de estudiantes en Maryland el primer fin de semana en noviembre.
La cumbre se titula Power Shift 2007 y se enfoca en el ambiente. Los estudiantes, dice el e-mail, van a aprender sobre "Liderato", "Medios", etc., precisamente para entrenarse como activistas.
El conformismo, me parece, viene mayormente de la desilución y de la impotencia política. Los "ismos" no rindieron el fruto prometido y cuando el cambio del poder lo deja todo igual, entonces ¿qué se gana con tratar de cambiar el poder? Eso no es un fenómeno de Puerto Rico solamente. Acá en los EEUU vota un porcentaje mínimo que no llega ni a un cuarto de los votantes elegibles. Y los gringos son dueños del mundo así que no nos miremos mal nosotros mismos porque sufrimos de un mal global.
Pero la desilución no quiere decir que no haya gente joven (y no tan joven) bien comprometida y activa. La hay en Puerto Rico igual que en todo el mundo. Pero a esa gente generalmente no se les da prensa.
Todas nosotras, día a día, somos activistas en menor o mayor manera. Todas ponemos de nuestra parte para mejorar el mundo aunque sea un poquito.
Las grandes causas han cambiado. No es que se haya acabado la pobreza o la desigualdad social o el racismo. Pero las grandes revoluciones y el Ché tuvieron su momento y su gloria. Ahora los cambios se dan a niveles más micro, menos macro. Eso no quiere decir, sin embargo, que no haya idealismo, que no haya cambio, que no haya chés y que los cambios no sean importantes.
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