miércoles, 15 de enero de 2014

Hablando de premios.."Breaking Bad"



En la pasada edición de los Golden Globes, la serie de televisión ganadora al igual que su protagonista fue Breaking Bad.  Para mí la publicidad que se le ha dado a esa serie me resulta inconcebible porque trata de la producción de la metanfetamina (meth) que tanto daño hace a la juventud.  La empecé a ver por recomendación de una amiga pero luego de los dos primeros episodios la dejé y ni lo bien escrita o actuada me convencieron de que es algo bueno para mi cerebro o espíritu.  Al contrario.  

Hoy leyendo Rebelión, me encontré un artículo sobre "Breaking Bad" escrito por un filósofo y bloguero mexicano que quiero compartir con ustedes, al menos parte del mismo:

"... Dicen que es la “serie más exitosa de toda la historia” que ha roto récords, que acumula premios de todo tipo, que es ya un fenómeno televisivo mundial. Y mientras más se la publicita más se afianzan sus aberraciones temáticas. ¿Comprenderán los “teleespectadores” en México, en Guatemala, en Honduras, en Colombia, en Argentina… por qué los yanquis abordan estos temas desgarradores, para entretenerse, mientras a nuestros pueblos nos cuesta sangre, desgarramiento y huellas psicosociales irreparables? ¿Hay algún mensaje “edificante” o algún arrepentimiento, salido de la moral yanqui, para denunciar, de verdad, la red compleja de crímenes paridos por el capitalismo presentados como narco-espectáculo? ¿Forma opinión, cuál… forma modelos, cuáles? No hace falta ver toda la serie. Paraíso de la degradación, el envilecimiento, la decadencia y la corrupción. Radiografía de un sistema que expresa sus metástasis en la vida cotidiana y hace negocios con eso.

“Breaking Bad” es un retrato cínico del imperio que sabe producir maquinas de guerra ideológica con gran manufactura artística y tecnológica. Eso no le quita lo perverso. Aunque muestra “descarnadamente”, ante sus cámaras, los submundos del sistema en decadencia, eso no implica una crítica. Con la dosis descomunal de ambigüedades que la serie maneja, se hace difícil decidir si se trata de una apología del delito o de una moraleja audiovisual para la resignación. La serie toda parece decir, empeorando, que la cosa es así, que “la ley del más fuerte” es la que manda y que, también, se llega a ser más fuerte si se es más cruel y más ambicioso. No disfrutaremos este pastel de carne humana como si fuese un logro estético. No importa cuántas escenas de ternura intercalen, no importan los silogismos de la obediencia debida a la “supervivencia” que encadenen, no importan los premios ni su fama. Se trata de una serie televisiva más que, directa e indirectamente, nos señala dónde está el poder y dónde está el dinero para estimular, a balazos, el tráfico de cualquier cosa que satisfaga la voracidad del capitalismo, el más demencial comprador y consumidor de drogas, violencia y vidas humanas que la humanidad ha padecido. Y lo pasan por la tele, impunemente."

Bien dicho. 

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