Este blog es mi desahogo ante cualquier asunto que me afecte o provoque. El título alude a la oportunidad de publicar sin censura y con absoluta libertad de expresión. No esperen que sea objetiva, el que me lea encontrará opiniones y reacciones que pueden ser producto de juicios o pre-juicios. También incluiré temas históricos sobre Puerto Rico o eventos que se conmemoren y no deben ser olvidados.
domingo, 13 de octubre de 2013
El "fantasma de la unión permanente"
Así se refiere Alfredo Carrasquillo -en un artículo en 80grados titulado Fantasmas y miedos en ciertas élites políticas- a la obsesión con una fórmula que ha logrado inmovilizar a Puerto Rico impidiendo solucionar el problema del estatus político. Ese "fantasma" de acuerdo a Carrasquillo surge en el Partido Popular a partir de un discurso que dio Luis Muñoz Marín en febrero de 1958 en el cual utiliza por vez primera la frase de la "unión permanente" con los Estados Unidos de América.
El dato histórico que no incluye Carrasquillo es que la razón principal para esa postura de LMM fue el resultado de las elecciones de 1956, dos años antes. En dichas elecciones el Partido Estadista Republicano-bajo un nuevo líder en la persona de Luis A. Ferré-aumentó sus votos en forma sorpresiva mientras el Partido Independentista Puertorriqueño -que había llegado en segundo lugar en 1952-disminuyó sus votos en casi la misma proporción.
Luego de ese resultado electoral el gobernador Muñoz Marín pareció quedar mudo en cuanto al Estado Libre Asociado hasta que en febrero de 1958 le dedicó a ese tema su discurso ante la Cámara de Comercio de Puerto Rico. Según José Trías Monge en su Historia Constitucional de Puerto Rico, (volumen IV) en esa ocasión por vez primera LMM abandonó el concepto de "asociación libre" y adoptó "formalmente la semántica estadoísta... de referirse a la 'unión permanente con Estados Unidos de América".
El fantasma de la unión permanente surgió como reacción al auge del anexionismo el cual trajo a su vez el otro fantasma que nos persigue y que es el del miedo a la independencia, venga como venga disfrazada. Ese miedo es lo que nos tiene paralizados y por eso concuerdo con Carrasquillo en que el primer acto fundamental de los que propone para lograr una nueva ética política es renunciar al miedo. No hay otro remedio pero el asunto es por donde empezar.
Gran pregunta la que nos haces. ¿Por dónde empezar? y ¿Qué hacer? Muchos llevan tiempo, toda una vida, “empezando” desde sus trincheras. Empiezan desde lo que tienen próximo y de frente. Para algunos lo que tienen de frente es su medio laboral, para otros ese frente es su comunidad, sea ésta donde residen o donde estudian y para otros muchos el “frente” es el tema de la protección ambiental. Esa lucha, la ambiental, es el equivalente a luchar por preservar su comunidad, en ese caso esa es la comunidad de todos.
ResponderEliminarPara otros más, tal vez los menos, su comunidad de luchas y cambios es la pugna por mantener los derechos democráticos que, nos percatemos o no, son amenazados y puestos en jaque todos los días. Esos derechos los ponen en jaque los que quieren que seamos masas ignorantes y dóciles o minorías asustadas. Esas luchas se dan por defender los derechos que hemos logrado como sociedad y en el ganar algunos que todavía parte de nuestros ciudadanos, como las mujeres, y las minorías de todo tipo y forma, no tienen.
Lo importante, me parece, es tomar ese empezar, todos los días. Tomarlo desde el optimismo. No hablo desde la zanganería fácil o la inocencia tonta del amémonos todos, si no desde el optimismo real del que sabe que conspira contra o por algo y del que confía en su conspiración.
Lo otro amiga, es darse de baja. Lo otro es morirse el día antes.
Curiosa: Tu comentario está como para publicar como una entrada aparte. Estoy intentando poner como cita de hoy tu último parrafito y el Blogger no me deja, se paraliza. Pero seguiré tratando pues vale la pena.
ResponderEliminarDemás está decirte que estoy de acuerdo totalmente contigo y te agradezco que sacaras un ratito para ponerme el comentario.