
La película vale la pena porque ilumina
un pedazo de historia de los Estados Unidos que no se quiere recordar: la
persecución de inmigrantes durante el periodo conocido como el primer RedScare. Durante esa primera oleada persecutoria contra
los italianos en Massachusetts pagaron con sus vidas los anarquistas Sacco
y Vanzetti, personajes en esta película.
No se puede ver sin sentir mucho coraje
en primer lugar, porque sabemos que está basada en hechos y personas reales y
segundo, porque lo que ocurre suena demasiado parecido a lo que ha pasado en
esa nación a partir del 9/11. La
historia en términos de lo que hace ese "gobierno permanente" se
repite, desafortunadamente.
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