jueves, 10 de septiembre de 2009

El golf, mucho más que un simple deporte

Al menos eso concluyo luego de leer un artículo en Newsweek titulado "The Geopolitics of Golf" y con el subtítulo de "You can judge a country by its greens", escrito nada menos que por el presidente del Council on Foreign Relations. En efecto, Richard N. Haass parte de lo ocurrido en el campeonato el mes pasado en el cual perdieron tanto Tiger Woods como el mejor golfista europeo frente a Y.E. Yang de Corea del Sur para concluir que "America se desvaneció, Europa colapsó y Asia emergió".

La teoría de Haass es que el golf provee mucha información sobre la política y la economía de los países porque es un signo de normalidad, de apertura al turismo, de una emergente clase media que a su vez es el fundamento de la democracia. Dice que los países que tienen muchos campos de golf tienden a ser más amigables con los Estados Unidos mientras que los gobiernos que los cierran son los más antiamericanos. Pone como ejemplo de ambos extremos a Vietnam (que ha dado evidencia de su amistad con los Estados Unidos creando una ruta con el nombre Ho Chi Minh Golf Trail) y Venezuela bajo Hugo Chávez (quien ha cerrado varios campos de golf y se ha referido a este deporte como uno "burgués").

Esta teoría de que se puede juzgar a los países por sus campos de golf viene a reforzar la aversión que siempre he tenido al golf por considerarlo un deporte de riquitos, aparte de parecerme aburridísimo. En años recientes he visto con desagrado el aumento de campos de golf en Puerto Rico porque me parece insensato dedicar tanta tierra en una isla tan pequeña a un deporte exclusivo de gente pudiente. El colmo ha sido el proyecto cumbre del Alcalde Santini de convertir la montaña del vertedero en un campo de golf cuando existían mejores planes para dicho lugar.

Sin embargo, a la luz de esta teoría sobre el golf, me pregunto si todo el auge de este deporte es producto del aumento en el anexionismo en Puerto Rico. Si Santini lo que quiere es demostrar su acendrado americanismo para congraciarse con sus admirados Republicanos del Norte. Y si ahora el nuevo gobierno pretende de igual forma entregar todos esos miles de acres de tierra a gente como Donald Trump para que Puerto Rico aparezca como amigo de los Estados Unidos y borrar la imagen creada por lo de Vieques de que no lo somos. Por eso digo: ¡abajo el golf!

6 comentarios:

  1. Eso describe perfectamente a Santini: normal, amigable...

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  2. Jeje..Ya quisiéramos los sanjuaneros que lo padecemos hace demasiado tiempo que fuese normal al menos.

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  3. Hace un tiempo atrás me preguntaba si
    el golf es un deporte
    . Yo no puedo ver un juego de golf sin abostezar y sentir sueño. Yo lo veo como un entretenimiento para ricos.

    Adelante y éxito.

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  4. Prometeo: No había visto esa entrada tuya del pasado abril, me reí al leerla. Pero aunque creo que el golf es un deporte y tengo familiares que practican el mismo, el punto es que en nuestra isla es un lujo que no podemos darnos. Nos queda muy poca tierra cultivable luego de la cementización acelerada de las últimas décadas. Y la gramita esa que se siembra consume una cantidad de agua que es un recurso demasiado valioso para perderlo de esa forma.
    Gracias por comentar..

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  5. Academicamente rigurosa, esta muestra de una AMBIENTALISTA,que JUNTO a sus lesperianos, (de mi cunha, que defiende los arbolitos,
    bosques, lo que salga, no mencione la destruccion al medioambiente del GOLF: por irrigacion, fungicidas, herbicidas, insecticidas,
    fertilizantes y la contaminacion
    de cortadoras de grama, trimmers,blowers, y demas. Todo lo anterior como sabra termina en las corrientes de PRECIADO LIQUIDO y el salado. Ay de la flora y fauna, si usted fuera pajarito otro seria su cantar patriotico.
    Por eso me rio de vuestro AMBIENTALISMO, sin certificados/credenciales.
    Zapatero al zapato, sin gringolas.

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  6. Antigonum Cajan: No lo mencioné porque estaba enfocada en lo del artículo que leí pero esperaba que se trajera en los comentarios, como precisamente usted acaba de hacer. Lo triste es que como siempre, se le sale su odio y su intolerancia. Debe sentirse muy solo, despreciado y falto de atención y por eso me da mucha pena con usted.

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